Me he alojado durante años en este hotel, notando un empeoramiento progresivo, pero en esta ocasión ha sido una experiencia de lo más decepcionante. Reservé y pagué una HABITACION DOBLE DELUXE (la cual incluye balcón privado, entre sus características). A mi llegada me ubican en una habitación pequeñísima, sin balcón y con vistas a la parte trasera del hotel, con una pequeña ventana sin persiana y una cortina que apenas tapaba la luz (por lo que desde que amanece la habitación estaba totalmente iluminada ). Solicité cambio de habitación a varios recepcionistas que, aunque fueron amables en todo momento, no solucionaron mi problema, refiriendo que hablarían con dirección para plantearles el cambio, el cual nunca llegó. El SPA ESTÁ CERRADO por reforma ( se ve que en los aprox 9 meses que llevaba cerrado el hotel no han tenido tiempo de hacerlo) y algunas de las máquinas de su centro Fitness ni siquiera funcionan. Hablé con dirección durante mi check out disculpándose pero no planteando en ningún momento compensación o reembolso alguno. Escribí también un email a la dirección a mi salida sin ninguna respuesta hasta el momento. La única estrella que le doy es por sus trabajadores, sobre todo a la chica que atendía en el bar de la piscina que también trabaja en El desayuno / cena ( no supe su nombre, lo siento ), así como las chicas que limpian las habitaciones, todas encantadoras y muy atentas. Una lástima que hayan acabado con lo que en su día era un lugar maravilloso para disfrutar de unos días tranquilos en un entorno fabuloso.
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