Hotel Boutique Catedral

Fue una elección rápida de este hotel, no conocía Valladolid y decidí coger uno céntrico. La sorpresa te la llevas cuando llegas a la habitación y todo esta oscuro como un confesionario, la única ventana es una velux que da para el cielo y no puedes tocarla del calor que tiene. En fin, yo creo que si te tienen que dar una habitación de este estilo, deberían advertírtelo en la recepción, porque estar dos días encerrado entre cuatro paredes a nadie creo que yo que le satisfaga. A mi por lo menos no. En cuanto a los demás servicios del hotel no tengo queja.

Un hotel súper bien ubicado para disfrutar del centro de Valladolid. A poca distancia caminando de la catedral y todas las zonas de tapeo. La habitación era tipo abuhardillada y no se escuchaban ruidos de la calle. Sencilla pero cómoda para un precio por noche que ronda los 100 euros. No hemos probado el desayuno, no estaba incluido.

Sólo se salva la ubicación y la corrección del personal. El hotel es viejo, cutre, caro, habitaciones enanas. En fin, no es un hotel. Es una pensión a precio de hotel de 4 estrellas. 115 euros sin desayuno. Un timo, y q lo denominen hotel “boutique”, es como de broma

El Hotel está en una zona muy cerquita de la.Plazo mayor y al lado de la Catedral de.la Asunción .Muy cerca de zona antigua.Tienen un convenio con un parking público muy cercano lo que es muy cómodo si llevas coche.En cuanto al personal la.primera chica que nos atendió correcta ,pero con muchas ganas de atendernos rápido seguir con sus cosas, no puedo decir lo mismo al día siguiente el resto de empleados majos y en especial una empleada algo mayor que la primera que era más joven , amabilísima , paciente a las indicaciones de lugares y restaurantes que le pregunté .Encantado la verdad. Igualmente recomiendo este hotel desde luego muy bonito y a mano de todo .

Es sin duda la habitación más pequeña en la que he dormido. Estoy hablando de una habitación doble, con dos camas. No había, según me dijeron en recepción, demasiadas personas alojadas y aún así me dieron una habitación pequeñísima, más pequeña aún que la reflejada en la foto que, además, está sacada con gran angular. Tenía por "mesillas" unos cajoncitos abiertos de 25x15 cms,. y por un lateral de la cama apenas se podía entrar de estrecho. El cuarto de baño también es pequeñísimo, con puertas correderas y por supuesto sin bidet, ni tampoco albornoz como anuncian para todas las habitaciones. En la recepción no hay nadie a partir de las 20 h. El ahorro llega a las toallas -más pequeñas de lo normal-, el papel higiénico más estrecho de lo habitual ¿? y los productos de acogida son muy pobres. En fin, que con estos mimbres -impropios de un hotel de tres estrellas- no se construye clientela fiel. Lástima, porque la situación es buena.

Nosotros nos encontrábamos buscando un hotel céntrico lo cuál conseguimos, nada más entrar te encontrarás con un montón de escaleras así que cuidado al llevar maletas pesadas, igualmente si hace falta puedes pedirle al personal que te ayude a subirlas. El hotel te dará 2 llaves y luego a la hora de subir a tu habitación notarás un ascensor que da miedo, cada vez que intentas subirte se hunde un poco y luego eso da aún más mal rollo cuando estás en la cuarta planta. Después de eso llegamos a nuestra habitación, algo que notarás antes de entrar es que el hotel es pequeño pero tiene millones de habitaciones, al entrar nos encontramos con nuestra habitación la cuál era pequeña pero bien cuidada, la matrimonial eran dos camas juntas, así que en el medio tenías algo de separación, luego al entrar al baño te encontrarás un baño pequeño pero de mármol o eso aparentaba, la bañera era bastante pequeña que hasta tenía que doblar las piernas, si quieres estar bien estirado estimo que como máximo debes medir 1,55. El baño te incluirá muchos "ammenities", con lo cuál problema no tendrás. Luego algún que otro detalle podías notar como que falta un pequeño cacho de la puerta pero era irrelevante. Algo a destacar es sobretodo la localización, a unos 100 metros o menos de la catedral. En nuestro caso nos alojamos en la cuarta planta y teníamos vistas directas a la catedral, eso sí, cuidado con no dejarte la cabeza. Era bastante pequeño en general. Las camas muy cómodas, luego tienes un mini bar del cuál puedes ir consumiendo, la botella de agua eran 1,75 si no recuerdo mal y la cola 2,00. Finalmente fuimos a probar el buffet el cuál se encontraba a unos 50 metros del hotel, ya que está en el Atrio 4 estrellas de al lado. En general para ser un hotel 3 estrellas todo fue correcto.