Palacio las Manillas

El hotel está situado en un lugar privilegiado, Manuel el gerente nos ha tratado de lujo y la comida del restaurante, fantástica. Nos recomendó rutas y lugares para visitar que nosotros no hubiésemos sido capaces de descubrir. El viaje ha valido totalmente la pena

El hotel está en un edificio bonito y al lado del castillo, facil aparcamiento. Nos ha defraudado el desayuno, cafe, zumo y tostada. Las habitaciones de la planta baja no tienen cobertura, solo con el wifi, y la ventana está junto al techo, pequeña y siempre cerrada. En la planta de arriba hay habitaciones mucho mejores. La cena que ofrecen en su pack, de dos noches con cena, es muy sencilla y no incluye bebida. El personal es muy amable y el ambiente en general agradable y tranquilo.

Reservamos a través de una estancia Dakotabox, que incluía estancia, cena y desayuno. Llamé dos días antes para confirmar mi reserva y concretar la hora de la cena, me atendió Manolo, el encargado del hospedaje y ya me informó que sería comida y no cena, tal como describía la caja regalo. Me informo que las comidas empezaban a la una y media y reserve para esa hora ya que nos venía bien comer temprano. Al llegar al palacio en la recepción no había nadie, tuvimos que adentrarnos hasta la misma cocina del restaurante y allí estaba la cocinera que nos atendió y nos dió la llave y ya nos recordó de nuevo lo de la "no cena" y que la comida era a partir de las dos, dice que total no hay prisa que estamos de vacaciones, me pareció muy *********, la verdad. Al subir a la habitación aún estaba la limpiadora en nuestra habitación y nos dió mucho apuro, aún no había terminado! Tuvimos que esperar 15 min en una terraza, donde pudimos! Entonces apareció Manolo y nos dió un trato muy malo, sobre todo no nos informaba de lo que incluía la comida, nos dió lo que le vino en gana sin ninguna opción, las consumiciones parecía que se las debíamos, y el tono muy descarado, diciendo que hambre tenéis, etc. Nos daba tapas, tipo croquetas y revuelto de calabacin, andrajos pero nada de carne ni pescado y además sin dar opciones de ningún tipo, por ejemplo yo quería probar el helado de AOVE, pero nada natillas de melocotón y panacota de piña por huevos! Ni café ni ningún detalle de ningún tipo. Lamentable, parece que molestabamos. La habitación era llamativo que la alcachofa estaba que se caía, medio rota y no había enchufe donde conectar mi secador, porque el que tenían anclado a la pared venía con un enchufe inservible para cualquier aparato. El secador igual que la alcachofa, el plástico estaba roto, bien merecía una renovación, tuve que secarme el pelo en la habitación como pude. A la mañana siguiente la misma actitud de Manolo, dejada e ignorando nos bastante, parece que no fuera con el la cosa, no éramos clientes de primera, si no de segunda. La única sonrisa y amabilidad fue la empleada que limpia y ayuda en los desayunos. Por favor Manolo, si vas a trabajar quítate al menos la chaqueta cuando vengas de la calle, como hacen los demás, la presencia, el saber estar y el respeto hacia tus clientes es lo que esperamos de un anfitrión de un Palacio! P.D. El ribera Duero estaba muy bueno pero eso no es de la zona!