La ubicación es inmejorable y las dos personas encargadas tienen una disposición excelente. Pero la página web es engañosa: se anuncia con desayuno buffet, que incluso se muestra en fotos. Y una vez hecha de reserva no reembolsable se indica que el desayuno no es buffet y que no es en el hotel sino en una cafetería en la calle. Se alega que es por COVID, pero en estas fechas ello no es aceptable. La cafetería es un lugar sin ningún atractivo, con música de regetón no apetecible para un desayuno tranquilo, atendida por una persona sin ninguna educación, y con una calidad y cantidad mínimas: un café, un zumo y después a elegir entre un croissant o una tostada de pan de molde duro o una fruta (en este caso no te daban el zumo) o una tortilla. Es decir, lo que la página web ofrece y el cliente compra (sin posibilidad de cancelar) es un desayuno buffet, de calidad y servido en el hotel; y lo que recibe es un desayuno mínimo en cantidad y en calidad en una cafetería de calle, con música altísima y en el que ningún día tardaron menos de 30 minutos en servirnos ese desayuno mínimo. Esto es impropio de un alojamiento como Laurina 33 además de ser un engaño para el cliente. Por otra parte, no es un hotel, y no cuenta con ningún servicio propio de hotel. Sólo hay una persona de 8 a 16h, así que si al personal de limpieza se le olvida reponer el champú y el gel (sólo tiene eso y una mínima pastilla de jabón; no hay loción corporal, ni Kleenex…) no hay nadie a quien pedírselos; o si se les olvida reponer el café y el té tampoco puedes pedírselo a nadie; tampoco tienen impresora (sí tienen pero sin tinta), así que no es posible imprimir una tarjeta de embarque o una entrada; el ascensor sólo funciona cuando está el encargado en el hotel (que es cuando no está el huésped), así que es como si no existiera. Todas estas cosas descritas nos ocurrieron, y nos quedamos sin solucionarlas. Definitivamente, si se buscan servicios propios de un hotel, no se debe acudir a este tipo de alojamiento. En conclusión, no aconsejo el alojamiento ni volvería, aunque, insisto, la localización es inmejorable y los encargados atienden con una gran sonrisa.
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