Cabo Do Mundo Casa Rural

Vistas espectaculares al Miño, buena acogida de Ana y Maite con una atención exquisita, lugar idílico de descanso, desayunos buenísimos... repetiremos y recomendaremos a todo el mundo que quiera desconectar y vivir una experiencia diferente

Un lugar maravilloso para descansar.....sobre todo agradecer a ana y su compañera , lo bien que nos trataron y cuidaron.....cada habitación tiene su encanto y las vistas de las terrazas para no olvidar, aunque siempre diré que lo mejor la anfitriona.....esperemos volver....saludos de los murcianos

Un lugar privilegiado con estupendas vistas. Se respira tranquilidad. El desayuno abundante y muy bueno. Ana encantadora y siempre dispuesta para hacernos la estancia lo más agradable posible. Cerca de monasterios e iglesias románicas muy interesantes.

Ana nos trató como de la familia, siempre atenta y pendiente de que estuviéramos a gusto, un 10! El lugar es increíble inmerso en la naturaleza y con vista increíbles.

Cabo do Mundo Casa Rural es un alojamiento fantástico que combina la arquitectura del rural gallego con la modernidad de los accesorios a la perfección y se encuentra en un enclave único con vistas al Río Miño y rodeado de naturaleza en un lugar donde se respira paz y tranquilidad. Aparcamiento: la casa rural dispone de una zona de aparcamiento para cada una de las habitaciones. Está situado a unos 2 minutos a pie del alojamiento, al que se accede por una pequeña bajada bien indicada con carteles. Habitaciones: la casa rural cuenta con 5 habitaciones y un apartamento. Nosotros nos alojamos en la habitación Godello y la verdad es que nos ha encantado; la mezcla de piedra, madera y la comodidad nos han enamorado. El baño es muy especial, con una pileta de piedra natural y una ducha moderna, la combinación es perfecta. La habitación tiene una chimenea y terraza al exterior con una mesa. Zonas comunes: la casa cuenta con una sala de estar común con TV y sofás, además cuenta con pequeño comedor donde se ofrecen los desayunos tipo buffet y donde también se puede picar algo para cenar. Además, también cuenta con unas terrazas comunes con sillas, mesas y tumbonas, todo con vistas al Miño. Personal: Ana, quién se encarga de recibir al visitante, es muy cercana y servicial; se encargó de encender la chimenea y al llegar nos enseñó la casa y el lugar, nos sentimos muy cómodos y bien acogidos. Alrededores: cerca de la casa hay varias rutas PR-G para hacer. Nosotros no tuvimos mucha suerte con el tiempo, pero la ruta PR-G 183 Ruta de los Viñedos va desde Belesar, pasando por bosque y viñedos hasta Casa Escondida A Veiga, de los mismos propietarios, muy recomendable.

El sitio es increíble. Tiene unas vistas inmejorables, pero nos sorprendió lo poco cuidado que estaba todo. Hojas y suciedad encima de las mesas y hamacas exteriores (y no, no era de ese día), telarañas, silvas creciendo alegremente en alguna zona de las terrazas… pero lo “peor” fue la habitación. Nos alojamos en Treixadura, y las telarañas que había entre el cabecero y la pared yo no se cuánto tiempo llevarían allí, pero no poco. También se agradecería que pusiesen un simple ambientador, porque el olor a cerrado y a humedad era exagerado. Yo vivo en el campo. Estoy acostumbrada a convivir con insectos alrededor y todo lo que conlleva el estar rodeados de naturaleza, pero si sabes que vas a tener clientes X día a X hora es tan sencillo como ir a limpiar un poco antes… y más aún cuando estás pagando 100€ por noche. Tampoco teníamos secador (aunque ponía que sí que lo había), y ya no pudimos ir a pedirlo porque cuando nos dimos cuenta era tarde. A pesar de todo, la anfitriona nos atendió muy bien, muy agradable y servicial, y el desayuno estaba todo muy bueno. La recomendaría por la tranquilidad que desprende el lugar y las vistas, pero sin duda tienen una asignatura pendiente con la limpieza.

Pasamos un fin de semana de lo más relajado en la casa rural Cabo do mundo, concretamente en la habitación Godello. Sin duda el entorno es precioso, con unas vistas estupendas desde el propio valle. La casa rural está rehabilitada con mucho detalle y sin duda Ana es la anfitriona ideal, tiene las instalaciones impolutas y desde la llegada nos mostró cercanía haciéndonos sentir como “en casa”, cuidando absolutamente todos los detalles durante todo el hospedaje. Sin duda, repetiremos!!!

Fuimos el domingo a este sitio tan mágico,desde que te adentras en el camino,ya te envuelve la calma y la tranquilidad,las vistas de la casa,preciosas es poco,y el lugar,mágico,cada habitación más mágica y bonita,nos encantó la experiencia,y Ana,ha sido encantadora y muy servicial,con gente trabajando así,tus vacaciones son todavía mejores,un placer Ana,gracias por todo,sin duda,volveremos..Nacho y lu

Nuestro viaje fue muy breve, de una sola noche, pero nos hemos ido encantados sobre todo con el trato de Ana y con el lugar, un enclave precioso y el hospedaje super auténtico conservando la esencia rural. Muy recomendable para desconectar lejos de cualquier ruido.