Calas de Liencres

Una estancia increíble, acogedor, realmente cómodo, servicio excelente, comida buenísima ,terraza y cafetería muy chulas super bien. Localización perfecta, nos orientaron y dieron muchas ideas para visitar y disfrutar del norte. Repetiremos seguro.

El hotel en general no está mal, pero me apena decir que mi experiencia acabó siendo muy decepcionante. Reservé la habitación por teléfono para llevar una mascota, ya que en internet no te daba opción de cogerlo así pero si aparecía como hotel con aceptación de mascotas. La única condición que me puso es que no podía dejar a mi perro solo en la habitación (cosa que no pasó). De 5 a 6 estuvimos en la habitación y pasó gente por el pasillo, a lo que mi perro se asustó y dio un par de ladridos. Al bajar según se abrió el ascensor la chica del hotel nos dijo que los de al lado se habían quejado y que si volvía a ladrar nos teníamos que ir. Tuvimos mas tarde una conversación con ella y otro chico que lejos de intentar solucionar las cosas nos habló con muy malas formas. Alegó que me había dicho ya antes de la reserva que si mi perro ladraba nos echaban, cosa que no es verdad, puesto que no habría arriesgado a ir ya que no puedo controlar eso, de hecho en el mail de reserva lo único que pone es que la condición es que el perro no quede solo en la habitación. Fue una experiencia muy desagradable, no entiendo que si admites perros a la mínima que den un ladrido quieras echar a tus huéspedes, y menos a las 6 de la tarde..

Las habitaciones son amplias, están limpias, el armario y las mesillas no tienen cajones cerrados, no tiene caja fuerte en las habitaciones (te ofrecen la caja fuerte de recepción). No están tan insonorizadas las habitaciones, se escuchan los equipos exteriores de aire acondicionado-calefacción, no había artículos de aseo gratuito, solo el gel-jabón para lavabo-ducha en un tubo. El desayuno normalito, café de puchero-aguado, las aceiteras de las que se rellenan. Hay en la calle sitio de sobra para aparcar (en verano no se si se saturara). Hay bares cercanos, panadería, un supermercado grande y una farmacia. Andando unos 10 minutos esta el pueblo con tiendas, bares, panadería y parada de bus. A un cuarto de hora andando hay unas calas y playitas, que nos muestran el bello mar Cantábrico. Si buscas un sitio tranquilo esta bien, pero solo para dormir, con los matices que he comentado al principio.

El sitio bonito y buena ubicación. Las playas son increíblemente preciosas, la atención de los chicos de recepción fue buena. Una atención cálida. Lo único negativo, que la camarera de pisos, la señora con sobrepeso, no nos limpió el baño, solo pasó la mopa y mal…, tampoco dejaron toallas. Y al salir de la habitación, la encontramos en el sofá del pasillo tumbada, con el móvil, escuchando música, al verla, la pedimos si nos podía poner toallas, y su contestación fue “cuando termine se las dejo en su habitación”. La señora fue muy desagradable, sin comprender cuando terminará el ¿qué?, no nos dio buen trato a pesar de haber sido educados con ella. Por lo demás, recomendable.

La verdad que nos atendieron súper bien, llegamos antes de la hora de entrada y nos dieron una habitación mejor de la que habíamos reservado sin coste adicional. El desayuno súper rico, todo casero. La habitación muy bien, para mi gusto el colchón y la almohada algo blandos pero ninguna pega. Quizás destacaría que faltaba pulir un poco la limpieza por detrás de la mini nevera y los azulejos del baño, pero en general todo genial. 👌🏼⭐️⭐️⭐️⭐️

Nos ofrecieron una habitación en la planta baja. Muy moderna y actual. Amplia. Quizas los azulejos rojos del baño no son los mas adecuados. El desayuno muy bueno. Intentamos quedarnos otra noche pero fue imposible y el personal de recepción incluso nos buscó en otros alojamientos, siendo imposible. La playa esta cerca en coche. Nos sorprendió que por la noche no hay nadie en recepción.