La Casita de Cabrejas

No es un lugar para celebrar bodas, no están preparados, no hay organización, no recuerdo una boda tan pésima, lo siento por los novios, el entorno no está preparado para esta época, en fin.... Muy decepcionado..........................

Inmejorable en todos los sentidos, tranquilidad y sosiego ,elegimos alojamiento en regimen de media pensión, limpieza de la habitación perfecta, trato del personal muy atento ,la piscina se agradece y la cocina comparable con cualquier restaurante de la ciudad. Para repetir

Precioso hotel rural en un enclave ideal, a las puertas de la serranía conquense. Muy buena opción para unas vacaciones relajadas porque se respira quietud, silencio y si acaso, de fondo, el canto de los pájaros. A destacar el atento trato de Antonio en el restaurante.

Hotel rural con mucho encanto muy cerca de Cuenca capital. Estuvimos muy a gusto. Desayuno muy rico y también la cena estaba muy buena. La habitación era bastante amplia. Hay que tener cuidad con el agua caliente de los grifos, porque sale quemando. El baño tenía algo de suciedad, pero por lo demás todo correcto.

Nos instalaron en villa esmeralda indican q tiene capacidad para 4/5 personas cuando entramos a la “villa” solo dispone de una habitación con una cama de matrimonio y un sofá cómodo bastante incómodo. La cama de matrimonio es articulada como la de las personas mayores incomodisima Cuando se paga el precio q piden x noche se espera poder dormir cada uno en una cama como mínimo. La habitación sucísima llena de telarañas e insectos muertos pegados en ellos y Arañas y no pequeñas que tuvimos q matar a zapatillazos. Los lunes y los martes no hay restauración x descanso del personal en temporada alta no puedes cenar en sus instalaciones exteriores q es lo mejor que tienen ni disfrutar de un refresco en el bar evito de la piscina. El jacuzzi de la piscina no funciona y está sucisimo El desayuno horrible una tostada para cada uno que estaban hechas de hace dos dias porque más duras no podían estar, jamón York y queso una lonch para cada uno, aceite de bote, zumo de bote y como respuestas anteriores del encargado del hotel que he visto a otros comentarios el único zumo 100% de naranja es el q se exprime. Un bol con dos manzanas y dos kiwis por el precio q cobran créame que hay lugares que ofrecen desayunos espectaculares. Desidia y dejadez es lo que se aprecia, decepción en nuestra estancia no volveremos y no lo recomendaríamos

Tout d’abord il faut dire que l’accès à l’hôtel est pour le moins « délicat » puisqu’il n’y a aucune signalétique sauf quand on est devant le portail. Et comme la route ne permet pas de faire demi tour légalement il faut accepter de couper une ligne blanche… Ensuite l’accueil est succinct, il n’y a pas de personnel permanent et il faut chercher un petit moment.., La chambre est très bien, propre : aucun reproche. Le petit déjeuner est assez basique : confiture et beurre industriels, gâteau « pleuré: 5 cm de côté et basta… La piscine est ouverte de 11h à 14h, 16h30 à 19h30….. c’est mesquin et rare. On a l’impression que le client dérange même s’il paie 130€ la nuit. Il faudrait que les propriétaires se mettent au courant des souhaits des clients et non l’inverse. C’est dommage car le cadre magnifique est un peu oublié avec ces inconvénients.