Gastnutzer
4. Januar 2023
¿Cómo empezar? Es que es de risa, la verdad. El check in es a partir de las 14h y llegamos a las 17h y la habitación no estaba lista aún. La imagen era dantesca: los sillones de recepción llenos de sábanas sucias, el recogedor en mitad del pasillo..La recepcionista se puso a rellenarnos los botes de gel delante de nosotros, con mucha pachorra, y empezó a ponernos las toallas en ese momento. Una vez en la habitación, vimos que solo nos separaba de la recepción una ventana de madera. Lo oíamos todo, y, por tanto, lo oyen todo jajaja. Más tarde nos dimos cuenta que no había papel higiénico y no había nadie en recepción ni en el hotel para reclamarlo (no era tarde, eran las 19h). Desesperados, nos asomamos al mostrador (bastante sucio) y por suerte había un rollo, al lado de una lata de cerveza. No me sirve el argumento “por lo que pagas, qué quieres”. 50€ la noche no es regalar nada, así que espero un mínimo de intimidad, no escuchar como todos los huéspedes orinan, que no haya bichos en la habitación, algún perchero donde dejar las toallas en el baño, una almohada de calidad, INTIMIDAD…Nos hemos llevado el ambientador profesional que se dejaron en nuestra habitación de recuerdo. ¡Pa que no se nos olvide a dónde no hay que volver!
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