Gastnutzer
2. Oktober 2024
Un Hotel precioso con más de 100 años de historia. La ubicación es inmejorable, entre la cueva y el Santuario y tiene parking gratuito. Cenamos, uno de sus menús y salimos encantados, hay que destacar que tienen menú vegano. Dar un paseo por el entorno y ver el santuario iluminado en la noche fue espectacular, hay una calma, un silencio y una paz que merece la pena experimentar. La habitación con clase y muy silenciosa, y el desayuno muy rico, había unos croissants de chocolate deliciosos y también alguna opción sin gluten. Qué más se puede pedir..
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