Snö Hotel Bielsa

El hotel es tranquilo y se puede descansar bien. La cama estaba bien sin ser espectacular en cuanto a comodidad. El baño estaba limpio, un poco pequeño porque la puerta estaba ajustada al milímetro con el mueble que tenían del lavabo. El desayuno era variado: tostadas de rebanadas de dos tipos, bollería varia, cereales, embutidos, bizcochos, tortilla de patatas, varias mermeladas en envases individuales, zumo de naranja de máquina pasable. La mujer que estaba en el salón en los desayunos muy agradable. En recepción también agradables, nos indicaron qué ver por la zona.

Hemos ido a tomar algo y a jugar al billar con nuestros hijos. Previamente habíamos llamado para asegurarnos que la zona de la cafetería estaba abierta, y nos han confirmado que podíamos ir sin problema. La recepcionista y el camarero (Joan) han sido muy amables y atentos, como siempre (somos clientes habituales y los conocemos de ocasiones previas). El gerente, en cambio, se disponía a cenar en la misma zona donde está el billar (cena para él solo) y nos ha echado bruscamente del local, alegando que estaba cerrado y que así se había advertido durante todo el día. Hemos intentado explicarle que habíamos llamado previamente, pero no ha querido escucharnos y se ha mantenido firme hasta que hemos abandonado el local. Sus formas y trato son más que mejorables, si alguna vez volvemos será porque siempre hemos recibido un trato muy agradable por parte del resto de trabajadores. Espero, de todos modos, no volverme a cruzar con esta persona que nos ha echado del local de manera ruda y poco educada.

Las camas son geniales. Te " tragan" después de un día duro, y se duerme y descansa super bien. El trato por parte del personal es excelente, creando un ambiente de paz y relajación. Parece como si estuvieras en tu propia casa. ;) Yo, sin duda; volveré a ese lugar....