Abrigall Hostel Masella

Viaje del instituto, al segundo día todos enfermos del estómago con vómitos. Comida en mal estado, para denunciarles. Arruinaron el viaje que con tanta ilusión iban los chavales. Los profesores de esquí desagradables,bordes, antipáticos, se reían de ellos al caerse, un poquito de empatía no les vendría mal. Respecto a las habitaciones,en un espacio muy pequeño 8 literas apretadas, las taquillas para guardar maletas se les caía la puerta, el baño después de vomitar varias personas,al día siguiente sin limpiar. Lo único bueno el trato de los camareros y las pistas de esquí. La primera y última vez allí. No lo recomiendo.

Al llegar al hotel esperábamos tener la habitación de la planta 2 que da vistas a la montaña, somos clientas de hace 2 años y en sugerencias pedimos que por favor nos dieran esa habitación en concreto, ya que al estar en zona alta, se reduce la acumulación de ácaros y polvo. Nos dieron la habitación 167 de la primera planta, la cual estaba llena de polvo, aun apagando la calefacción no podíamos respirar, teníamos que abrir la ventana para que entrara aire limpio y a una de nosotras le dio un ataque de alergia. Pero no acaba todo aquí… la cosa es que una vez tumbadas en la litera (la de abajo del medio de la derecha) con tan solo subir la mirada había un chicle pegado en la litera de arriba. Sinceramente no es agradable verse envuelto en esta situación y menos cuando confías plenamente en que estás pagando en relación calidad-precio.